miércoles, 24 de febrero de 2010

Sindy Yissel Martínez Briones

LAS NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES EN LAS AULAS ORDINARIAS
Ejemplos de discuciones sobre algunos casos concretos con grupos de maestros

CAPITULO II Parte I

Los maestros que participaron en estas discuciones se sentían cada vez más capacitados para manejar de forma adecuada las dificultades que tenían con algunos alumnos. Estaban aprendiendo a ampliar su percepción de los problemas de manera que éstos pudieran ser traducidos en términos de interacción, con el objetivo de comprender mejor las situaciones causantes de malestar y sus orígenes. Utilizando preguntas precisas acerca del niño y del contexto de la clase; los maetsros descubrían cómo, a través de los recursos educativos, podían mejorar la situación y la de otros niños con problemas similares.
No se tomó ninguna desición por los maestros ni tampoco se les indujo a ver a los niños únicamente en términos de sus dificultades.

Un maestro se enfrenta al repentino cambio de actitud de un niño
La Sra. A. había comenzado la sesión con la cuestión de cómo abordar la crisis de comportamiento de un niño que había sido provocada por una actividad cotidiana normal de clase. Las discusiones en grupo ayudaron a Tony y a la Sra. A., que también estba alterada por el cambio ocurrido en el niño. También ella descubrió que sus ansiedades podían ser compartidas y tratadas de forma profesional, su potencial podía ser reconocido, sus preocupaciones aceptadas y sus reacciones vistas desde una perspectiva objetiva. Se profundizó la comprensión en todo el grupo al tiempo que las diversas cuestiones se iban clarificando durante la exploración conjunta, de manera que las propuestas de acción más adecuadas procedían de la propia intuición creciente de los maestros, en lugar de ser impuestas desde afuera. La decisión de la maetsra procedía en parte de su experiencia y en parte de las clarificaciones que había obtenido. Ella había visto el comportamiento revoltoso de Tony como una invitación a actuar, lo cual había conseguido llevar a buen término a su propia manera.
Tener que resolver problemas como éstos, puede ser una carga para maestros que apenas han aprendido durantesu formación no sólo hasta qué punto las situaciones familiares de los niños pueden afectar negativamente a su rndimiento escolas sino también a hacer uso de dicho conocimiento
en sus relaciones con los niños y con los padres para mejorar este rendimiento. La Sra. A., como sus colegas, encontró el an´slisis conjunto de estas cuestiones revelador y digno de reflexión, y las consideraciones de este tipo pasaron a ser una característica constante en sus posteriores discuciones de casos, como veremos más adelante cuando volvamos a referirnos a ellos hablando de Dave y Janie.

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